diciembre 23, 2024

Un estudiante brasileño estuvo cuatro días sin darse cuenta de que le habían disparado y que tenía una bala alojada en la cabeza.

Si bien la historia de Mateus Facio, de 21 años, oriundo de la ciudad de Juiz de Fora (Minas Gerais), ocurrió el pasado 31 de diciembre, medios locales la vienen difundiendo ampliamente en los últimos días. Solo el pasado 19 de enero, casi 20 días después, el joven volvió a salir de casa y a caminar por las calles para retomar sus actividades cotidianas.

Todo comenzó cuando Facio viajó al vecino estado de Río de Janeiro para pasar Año Nuevo en una playa de la localidad turística de Cabo Frío en compañía de sus amigos. Mientras celebraba frente al mar, Mateus sintió un fuerte impacto en la cabeza y notó que estaba sangrando, pero pensó que quizás alguien le había arrojado una piedra. Un médico que estaba cerca lo atendió y le puso hielo, tras lo cual el joven continuó festejando. Permaneció dos días más en la playa sin sentir ningún tipo de incomodidad ni dolor.

El 2 de enero condujo cerca de 350 kilómetros hasta su ciudad. Al día siguiente, trabajó en la mañana y luego viajó de vuelta a Río para resolver algunos asuntos, y ese mismo día regresó a su casa en Juiz de Fora. No fue hasta el día 4 de enero que el joven se dio cuenta de que algo andaba mal. Se despertó mareado, uno de sus brazos estaba entumecido, tenía movimientos involuntarios de sus manos y no podía sostener objetos con firmeza.

Acudió a un hospital y, luego de una tomografía, los médicos descubrieron que tenía un proyectil calibre 9 milímetros en su cerebro, el cual se estaba desplazando y empezaba a ejercer una peligrosa presión sobre zonas muy delicadas. “Los médicos y enfermeras que vieron a Mateus allí casi no lo podían creer. Una persona que pasa cuatro días con un balazo en la cabeza y no siente nada es inexplicable”, comentó su madre.

Mateus fue sometido a una intervención quirúrgica riesgosa de cerca de dos horas, que fue exitosa. La bala extraída fue enviada a la Policía, que ahora intenta determinar de dónde provino el proyectil y quién lo disparó. Según informaron, no hay registros de incidentes con armas de fuego en la zona de la playa el día de los hechos.

Mientras continúa recuperándose, el universitario asegura que lo ocurrido le ha hecho repensar sobre su futuro. El mes anterior había decidido dejar de estudiar administración de empresas y optar por medicina. Aunque en ese entonces no estaba seguro de su decisión, lo que vivió en el hospital y el trato de los médicos lo ha hecho querer dedicarse a salvar a otras personas. “Durante el tiempo que estuve internado, vi que era lo que realmente quería para mi vida”, dijo.

Fuente RT

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